miércoles, 18 de junio de 2008

De una vez para siempre...




“Yo también tengo ruinas
y si acudo al pasado
ya no sé a quién o a quiénes
busco entre los escombros”

Mario Benedetti


Te besé con cuidado, con miedo, muy despacio. Era la última vez. Las calles lo sabían. El invierno también. Te besé con cuidado. Con la torpeza propia de momentos perfectos, esos que se nos rompen en las manos, no importa en qué segundo, ni con cuánta ternura acunase en mi piel tus mil fragmentos…

No quería saber. Y tus ojos tardaron lo que tarda un otoño en desnudar un párpado. Pero en aquel instante ya era escombro, quebranto de luna herida de horizontes acabados. Lo era todo en tus labios… No quería saber. Que el futuro era eso, tus manos y mis manos...

Puse tanto cuidado...que sin volverme apenas ya te estaba buscando entre mis grietas. Lloraban las farolas a mi paso. No supe qué decir. Los semáforos sabían de mi llanto, de ese caminar desamparado que me llevaba lejos, estando tú tan cerca... Se me astilló la tarde toda entera... llovió hasta en las paradas del amor suburbano...

Fui yo quien se alejaba...por fin me he dado cuenta. ¿Y qué sabrá la lluvia de la hierba mojada o de tus labios? Puse tanto cuidado...

El viento lo sabía.

Yo también tengo ruinas... y aún no sé en qué vértice, rescoldo, llama o verso perderme o encontrarte. De una vez para siempre....

lunes, 16 de junio de 2008

Te he dejado una nota en la nevera...




Con cinco horas de sueño

y un material tan poco maleable

me resulta difícil

levantarte un imperio

que no caiga

vulnerado de ocasos

a los pies de otro día

que comienza sumiso

o ya vencido...


jueves, 5 de junio de 2008

Secuelas





Para quien anda a tientas,
y no sabe,
la noche abierta es un peligro hermoso
Angel Gonzalez


Qué pequeña es la noche, y qué grande es el llanto, ese que muere adentro, a ras de labio, ese que muerde entraña murmurando tu nombre, sedimento de lunas y otros sueños fugaces.

Sigue el alma entreabierta de amor y de penumbra, suavizando el dolor apenas definido de saberte presente tan sólo en lo bisiesto de un mañana que fue.

¿Recuerdas? Nos lo jugamos todo a una mirada, porque perder sería volvernos a encontrar. Pero me equivoqué...y hasta pensé volver al alba caminando, preguntándome aún que te pasó al doblar solitario la penúltima esquina.

Que nada esté en su sitio me parece un alivio transitorio, mientras busco el futuro en tus zapatos. ¿Sabes? Renunciar no es lo malo...peor es esta fe de quererte sin rumbo, a pesar del silencio que responde, sabiendo de lo inútil de quedarme, sintiéndome pequeña, en el centro imposible de todas tus ausencias, mirando ciega al sur, sin aire en los bolsillos, con los ojos caídos de no parpadear por si apareces antes de que el viento decida por nosotros otra vez. Me he prometido hacer causa común con la tormenta...si la vida se vuelve un sucedáneo gris de lo que pudo ser...

Pero me engaño...quiero volver a arder besándote los párpados. Quiero vivir, quemarme, renacer...Ser lluvia en la secuela de tu abrazo...

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