jueves, 15 de marzo de 2007

Cerrado por desahucio...

A J.


Ya sé qué ruido hace,
al romperse,
el corazón: un tic tac
apagado, ronco,
y tan lento
que se diría a punto
de vencerse,
de parar...


Tiempo después,
alguien vuelve
a acercar el oído,
y cree que lo imagina,
de tan tenue,
que no está...


Y en esa letanía
que ensordece
de ausencias, se nos secan
los ojos a lo lejos,
en otra almohada sola,
en esa caja rota
que aún nos reverbera
en un saliente,
donde puede leerse,
como si fuese un mar,
muerto en el pecho:


"cerrado por desahucio"
...

lunes, 5 de marzo de 2007

Cercava il Cuore...





...guardava il Niente e ne vedeva il cuore,

cercava il Cuore e non vedeva niente...

Valerio Magrelli



Nos va pidiendo el alba algunos cambios,
de esos que empequeñecen la retina.
Y no voy a ser yo quien le niegue mis pasos
o el indulto a la tarde...
No está de más callar mientras nos quede tiempo
que perder en tropiezos
absurdos
o en otras caricias igual de accidentales
que amarte a la manera del olvido
incesante
o que haberte querido alguna vez,
cuando decir aún es sentir que ya es tarde...


Después de la apagada pasión de los cometas,
entiendo que el camino
no fue lo que se hizo de tu tacto
en la llanura angosta de los días. Fue tan solo un deseo,
un big bang de sonrisas esteparias
condenándome al éxodo,
sabores migratorios de caricias perdidas...


Ahora sólo nos une el desarraigo y la mentira,
hasta que llegue el alba y nos embauque
o hasta que tú (me) quieras
o el amor nos separe o la lluvia nos rompa
el infinito
resbalando de dudas que en la furia de amarte
deslicé por tu frente,
procurando cobijo
en cualquier precipicio colidante a tus ojos
en pérdida evidente de cordura,
la voluntad en quiebra por disolver el sol,
y acaso el corazón, entre corales.


Pero ya no hace frío -me repito-
mientras le pido escarchas -
como quien pide cambio-
a tus manos vacías, a tus besos,
y me estremezco entera,
como la llama azul que soporta
la tregua a pesar del deshielo...


Pudiera ser delirio conveniente
desalarme la boca, doblegarla en tus labios,
deshacerla en esquirlas que nos cieguen
más allá de lo estricto y suficiente,
más allá de los días que (los dos lo sabemos)
nos quedan ya en pretérito.


Y en esa brisa infinitesimal
que son las estaciones en un cuerpo
empiezo a recordarte...
Aún estás...ya te has ido...
aún es ahora y es demasiado tarde...


Y es que quizá olvidamos que el amor no se hace,
se perdona...