
“Yo también tengo ruinas
y si acudo al pasado
ya no sé a quién o a quiénes
busco entre los escombros”
Mario Benedetti
Te besé con cuidado, con miedo, muy despacio. Era la última vez. Las calles lo sabían. El invierno también. Te besé con cuidado. Con la torpeza propia de momentos perfectos, esos que se nos rompen en las manos, no importa en qué segundo, ni con cuánta ternura acunase en mi piel tus mil fragmentos…
No quería saber. Y tus ojos tardaron lo que tarda un otoño en desnudar un párpado. Pero en aquel instante ya era escombro, quebranto de luna herida de horizontes acabados. Lo era todo en tus labios… No quería saber. Que el futuro era eso, tus manos y mis manos...
Puse tanto cuidado...que sin volverme apenas ya te estaba buscando entre mis grietas. Lloraban las farolas a mi paso. No supe qué decir. Los semáforos sabían de mi llanto, de ese caminar desamparado que me llevaba lejos, estando tú tan cerca... Se me astilló la tarde toda entera... llovió hasta en las paradas del amor suburbano...
Fui yo quien se alejaba...por fin me he dado cuenta. ¿Y qué sabrá la lluvia de la hierba mojada o de tus labios? Puse tanto cuidado...
El viento lo sabía.
Yo también tengo ruinas... y aún no sé en qué vértice, rescoldo, llama o verso perderme o encontrarte. De una vez para siempre....