...porque decir mañana
es casi discutir el más allá...
Luis García Montero
Preguntémosle al viento qué horizonte nos queda
después de la tormenta, con qué calma verternos
por sobre los tejados y los llantos
que anuncian el otoño en nuestros cuerpos.
Preguntémosle cuándo, dónde o cómo podremos
deslizar alientos y tesoros en los troncos vacíos
de deseos antiguos, ser de madera y sueños infantiles
con aroma a resina que nos cure las manos
que en las noches de otoño se recuerdan y astillan,
sorteando desvelos, buscando en la pupila que las dejó escapar...
No quise darme cuenta, amor...mordiéndote los labios
me mordía la vida... y de nuevo la lluvia
me disimula escarchas pintándome humedades en el rostro.
Y sin más garantía que unos ojos abiertos a la tarde,
te espero ciegamente, enloquecido el viento con mi pelo.
Te espero. Porque hay estaciones en que el tiempo se estanca
y nos habita, donde todo es posible después de la tormenta,
hasta el amor, la nada o el recuerdo de andén, suave, sotto voce...
después de la tormenta, con qué calma verternos
por sobre los tejados y los llantos
que anuncian el otoño en nuestros cuerpos.
Preguntémosle cuándo, dónde o cómo podremos
deslizar alientos y tesoros en los troncos vacíos
de deseos antiguos, ser de madera y sueños infantiles
con aroma a resina que nos cure las manos
que en las noches de otoño se recuerdan y astillan,
sorteando desvelos, buscando en la pupila que las dejó escapar...
No quise darme cuenta, amor...mordiéndote los labios
me mordía la vida... y de nuevo la lluvia
me disimula escarchas pintándome humedades en el rostro.
Y sin más garantía que unos ojos abiertos a la tarde,
te espero ciegamente, enloquecido el viento con mi pelo.
Te espero. Porque hay estaciones en que el tiempo se estanca
y nos habita, donde todo es posible después de la tormenta,
hasta el amor, la nada o el recuerdo de andén, suave, sotto voce...
PD: me voy, aunque sea unos días... he abandonado el coche,
y me he "olvidado" el móvil bajo llave en un cajón que apenas abro.
Hubiera preferido dejarme el corazón, facturarlo a otro destino.
Pero qué le voy a hacer: viaja conmigo...
Cuidaros mucho, hasta pronto.