martes, 24 de febrero de 2009

Hasta pronto, abuelo...


Enmudecí hace tiempo.
Hoy aprieto fuerte el puño para garabatear esta torpe carta,
con la palabra ronca, y el corazón temblando
.

Madrid, 24 de febrero de 2009

Querido abuelo Luis,


Hace tan sólo un par de meses, en diciembre de 2008, nos enviaste a Oscar y a mí una pequeña carta para felicitarnos. Me resultó muy tierna, porque hiciste el esfuerzo de escribirla a máquina, y estaba salpicada de graciosas erratas y correcciones que sólo la hacían más tierna a mis ojos.


La tengo delante, y estoy repasando renglones y parándome en tu firma, a mano, con esa caligrafía tan tuya, tan impecable. Y se me saltan las lágrimas, porque nunca llegué a contestarte... La tenía aquí, sobre la mesa, y cada vez que la veía sonreía y pensaba el tipo de carta que te escribiría, bromeando con Oscar sobre todos los temas que podría sacar para hacerte sentir importante... Porque lo eras, con tus pequeñas manías, tus rituales, costumbres y gestos. Con tus chatos, tus paseos, tus idas y venidas, tus anécdotas (la puerta del Piel de Toro, que no abría cuando acercabas la muleta...).

Abuelo, echaré de menos tus relatos, tus recuerdos, esa forma tan tuya de hablar de “Fulano”, el “que chateaba con Laureano y Germán el de la Ferretería de Arias”. Ya no podrás enseñarme las fotos plastificadas que llevabas en la cartera, no podremos juntarnos en verano a celebrar tu cumpleaños, no te veré hacer crucigramas con la cervecita al lado, ni hacer trampas con las sopas de letras, pasando por encima la regla...

Pero tú sí podrás vernos y sonreír orgulloso viendo cuánto te queremos.

Y espero que ya estés poniéndoles la cabeza loca a los de ahí arriba, contándoles, mientras señalas con el dedo, todo sobre tu familia y sobre ésta de aquí, tu nieta, “sí hombre la que trabajó en Cambridge”, o “Grinfis”, como tú decías... Seguro que no te importa que te coja prestada la frase, abuelo: “Que quien nos junta aquí nos junte en la Gloria Celestial”

Te queremos


miércoles, 18 de junio de 2008

De una vez para siempre...




“Yo también tengo ruinas
y si acudo al pasado
ya no sé a quién o a quiénes
busco entre los escombros”

Mario Benedetti


Te besé con cuidado, con miedo, muy despacio. Era la última vez. Las calles lo sabían. El invierno también. Te besé con cuidado. Con la torpeza propia de momentos perfectos, esos que se nos rompen en las manos, no importa en qué segundo, ni con cuánta ternura acunase en mi piel tus mil fragmentos…

No quería saber. Y tus ojos tardaron lo que tarda un otoño en desnudar un párpado. Pero en aquel instante ya era escombro, quebranto de luna herida de horizontes acabados. Lo era todo en tus labios… No quería saber. Que el futuro era eso, tus manos y mis manos...

Puse tanto cuidado...que sin volverme apenas ya te estaba buscando entre mis grietas. Lloraban las farolas a mi paso. No supe qué decir. Los semáforos sabían de mi llanto, de ese caminar desamparado que me llevaba lejos, estando tú tan cerca... Se me astilló la tarde toda entera... llovió hasta en las paradas del amor suburbano...

Fui yo quien se alejaba...por fin me he dado cuenta. ¿Y qué sabrá la lluvia de la hierba mojada o de tus labios? Puse tanto cuidado...

El viento lo sabía.

Yo también tengo ruinas... y aún no sé en qué vértice, rescoldo, llama o verso perderme o encontrarte. De una vez para siempre....

lunes, 16 de junio de 2008

Te he dejado una nota en la nevera...




Con cinco horas de sueño

y un material tan poco maleable

me resulta difícil

levantarte un imperio

que no caiga

vulnerado de ocasos

a los pies de otro día

que comienza sumiso

o ya vencido...


jueves, 5 de junio de 2008

Secuelas





Para quien anda a tientas,
y no sabe,
la noche abierta es un peligro hermoso
Angel Gonzalez


Qué pequeña es la noche, y qué grande es el llanto, ese que muere adentro, a ras de labio, ese que muerde entraña murmurando tu nombre, sedimento de lunas y otros sueños fugaces.

Sigue el alma entreabierta de amor y de penumbra, suavizando el dolor apenas definido de saberte presente tan sólo en lo bisiesto de un mañana que fue.

¿Recuerdas? Nos lo jugamos todo a una mirada, porque perder sería volvernos a encontrar. Pero me equivoqué...y hasta pensé volver al alba caminando, preguntándome aún que te pasó al doblar solitario la penúltima esquina.

Que nada esté en su sitio me parece un alivio transitorio, mientras busco el futuro en tus zapatos. ¿Sabes? Renunciar no es lo malo...peor es esta fe de quererte sin rumbo, a pesar del silencio que responde, sabiendo de lo inútil de quedarme, sintiéndome pequeña, en el centro imposible de todas tus ausencias, mirando ciega al sur, sin aire en los bolsillos, con los ojos caídos de no parpadear por si apareces antes de que el viento decida por nosotros otra vez. Me he prometido hacer causa común con la tormenta...si la vida se vuelve un sucedáneo gris de lo que pudo ser...

Pero me engaño...quiero volver a arder besándote los párpados. Quiero vivir, quemarme, renacer...Ser lluvia en la secuela de tu abrazo...

Imagen

jueves, 27 de marzo de 2008

Café y escarcha



porque tú siempre existes dondequiera
pero existes mejor donde te quiero
porque tu boca es sangre
y tienes frío
tengo que amarte amor
tengo que amarte
aunque esta herida duela como dos
aunque te busque y no te encuentre
y aunque
la noche pase y yo te tenga
y no.

Mario Benedetti


Respirar, coger aire, llenar de escarcha el alma y los pulmones, oxigenar las calles hasta perder la cuenta de las veces que busqué tu sonrisa bajo los adoquines rotos que aún salpican de barro tus ausencias, perdida.... Jugarse el corazón a la rayuela con los ojos cerrados y la mirada atenta a los cambios de tiempo en las aceras.

Ya sé que no debo deshojarme los labios protegiendo recuerdos que no me pertenecen, acunando a la espina que soportó hasta el fin la sombra de la rosa, erguida como el sol que nos vio amanecer en orillas opuestas... Y puede que no sepa adónde voy. Sé dónde no me quedo...

Hagamos como si el alba fuera nuestro, finjamos conocernos en la alquimia imposible que nos condujo a esto, a querernos tan solo cuando las hojas caen sobre los bancos mojados de los parques...

Pero vuelve un momento, remueve mi café hecho de amor y lágrimas y escarchas y deseos....

Imagen 1

viernes, 8 de febrero de 2008

Lucky numbers...




...y tengo la impresión de que mi alma
carga un fardo de grandes menudencias...
Mario Benedetti, Insomnios y duermevelas



Me fallaron los cálculos.
Amaneció sin prisas y yo seguía allí, ahogada
en la alfaguara del recuerdo, aguardando
el declive
del otoño y tu abrazo.
Seguía allí...
Espinándome el cuerpo
con todos esos martes
que llegan sin llamar.

Me fallaron los cálculos...

Y ahora ya no me importa
en qué punto y seguido
se nos quedó perdido el llanto,
y ceder a los falsos designios de la tarde
es creer en París...
sólo quiero salir, abandonar tu vida
sin paraguas, temblando por el fardo
que fue la menudencia de quererte...






Links a imágenes : 1 y 2




domingo, 27 de enero de 2008

Abandono


Cuando al fin la vida me convoque

al momento crucial de la llegada

descubriré mis pasos

como diseminados despojos

de un largo caminar insatisfecho.

Y en mis vacías manos sólo habrá

un amargo sabor de más distancia.

Imposible distancia ya

del borde del abismo.
YBRIS, Todavía No



Abandono el invierno, salgo ya de lo gélido, me despierto de ti, me vuelvo al sur en busca de un recuerdo templado que no me engarce el alma a la mañana triste en que habitaba, malherida de añiles solitarios, del hambre de arrancarme a llorar en otros labios, perdida ya de amar

tu incertidumbre, vacía...


Puede que de este frío me amanezca una espera diferente, un sabor cristalino, palpable en la retina...una vida posible en el margen oculto de los sueños, donde no haya más reto que volverme a romper en la promesa absurda de encontrarme desnuda de nuevo sin tu piel...

Abandono el invierno. Me voy. Me entrego al sol que menos queme, a la luz interior que más me vea arder. Y me uniré en aliento a tus cenizas en la distancia última de este enero tan viejo, una vez más detrás de la ventana que me vio recorrer tantas veces tu cuerpo...


Salgo ya de la niebla, de lo yermo de amarte en los ángulos perdidos de la tarde. Pongo rumbo hacia el sur, y aunque no haya un camino que no lleve a tu nombre, yo pongo rumbo al sur y abandono este invierno...








Link a imagen 1
Imagen 2: gracias Sis..., por ese amanecer...